En el mundo de los
partos, embarazos y obstetras, Holanda viene a ser "La Meca de los
nacimientos con partos domiciliarios". La abuela de Simón tuvo sus ocho
hijos en su casa, la madre sus tres y así nuestras vecinas, compañeras de
trabajo, amigas, conocidas. El parto domiciliario tiene en Holanda una larga
tradición, formación y los obstetras poseen una amplia experiencia. Médicos de
todo el mundo vienen a hacer sus prácticas al país y así tener la posibilidad
de asistir a un parto de la manera que, en definitiva, no es más que la que se
viene implementando desde hace siglos.
Todo consultorio de obstetras asisten a
este tipo de partos pero la paciente tiene, hasta último momento, total
libertad para elegir si desea que su bebé nazca en su casa o en un hospital.
Así mismo, los recaudos, controles y contactos están contemplados para
responder a tiempo cualquier caso de anomalía o emergencia, ante determinados
factores, durante el trabajo de parto o el parto. Una de las ventajas principales
del parto domiciliario es, ni más ni menos, el medio ambiente; la madre se
siente más segura en su casa, tiene su ducha, su baño, no hay contacto con
otros gérmenes que los propios y por sobre todo está en su propio espacio
(factor imprescindible para poder relajarse, generar oxitocina en lugar de
adrenalina y llevar a cabo un trabajo de parto, en lo posible, rápido y
efectivo). De esta manera, el trabajo de parto no se interrumpe ya que no es
necesario trasladarse. Por otro lado, nacido el bebé, los padres tiene la
posibilidad de descansar en su lugar, en intimidad con su hijito. Las personas
presentes en el parto son los padres del bebé, la obstetra y una enfermera de
maternidad, quién, terminado el proceso, se encargará de dejar el espacio en
óptimas condiciones y además será quién asista al recién nacido y a la mamá
durante la semana posterior al nacimiento.
A diferencia de en el parto
domiciliario, en el hospital, hay un mayor chance de recibir medicinas
intravenosas (ya sean hormonas o anestesias) el ambiente es desconocido y la
privacidad es notoriamente menor. El 50% de los partos domiciliarios de
primerizas finalizan en el hospital; y así también fue nuestro caso.
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